Atrás

Frida Kahlo le había dicho a un amigo que ella nunca había rechazado a nadie de veras, sino que lentamente la gente se le había ido quedando atrás.-Al fin, pienso que, como ella, nunca me saqué de encima lo que en realidad solamente se había asomado, nunca cerré puertas de viento, nunca clausuré ni parlamentos ni batallas como Cortázar, nunca me desvié adrede: más bien, supongo (de alguna manera sé) que la mirada del Otro simplemente siguió de largo, sin ambages ni obsecaciones, a Dios gracias. Si lo pienso un poco, un memorioso gran espejo, como en el País de Alicia, me muestra a lo lejos y en el tiempo caras que hoy casi he olvidado: caras reales, pero con una impronta alucinógena que recuerdo haber creado: a esas personas he puesto alguna vez, sin permiso posible, lo que me hacía falta y lo que me faltaba, lo que me ofrecían y lo que yo buscaba, las obligué sutilmente a hacerse cargo de mis afanes y conjeturas y hay que ver, debo decirlo, que en el fondo no me rechazaron.

Lentamente me les fui quedando atrás.