Mirada circular o la juris pupila universitas

Y realmente me sorprendí por la forma preclara en que Aydesa posteó la síntesis del humor en la búsqueda del pretexto explicativo técnico creíble, y eso me trajo sin querer aquellas explicaciones técnicas que me son propias, me trajo a parecidas retóricas que se sostienen ante el otro a la hora de las excusas, simplemente porque “el otro no sabe”. El otro, en mi mundillo letrado, es el lego, el que no tiene la mirada que yo tengo ante las situaciones confrontativas o simplemente expectantes o simplemente posibles, el que no puede ver lo que yo veo. El lego no puede. No puede porque no sabe.

Para él, por ejemplo, comprar una casa, tener un hijo, llamar a su jardinero, son hechos objetivos comunes con incidencia obvia en su globo afectivo y material, pero cuya consecuencia, en el tránsito, en el "ítínere", es la consumación del hecho mismo y nada más.

Para mí, no. Para mí comprar una casa es ver los papeles antes que la casa, pensar en embargos, inhibiciones, cautelares, que quién era el propietario, que quién me va a heredar si la compro, que cómo, en qué proporción; tener un hijo es pensar en sus derechos, si estoy casada con el padre, si él tiene una ex mujer, si lo reconoce, si lo mantiene, si tiene medio hermanos; llamar al Jardinero es rogar que no le pase nada en mi jardín o en el trayecto, porque si bien yo sé que no soy responsable ni de su vida ni de su integridad, para algún colega medio audaz puedo serlo y podría demandarme su familia, pero si me defiendo bien y demuestro que la relación de trabajo era esporádica y les gano la acción, a las costas causídicas me las van a tener que pagar a mí, el tema va a ser con qué me responden ellos, con qué me responde la familia de un jardinero. Bueno, hay que ver, no es un oficio tan mal pago, depende de la clientela que tenga, pero si tiene muchos clientes sus ingresos podrían ser buenos pero seguramente indemostrables, ahí empiezo a pensar si serán propietarios, si tendrán una casa, y cómo estarán los papeles, si tendrá algún embargo, alguna inhibición, si este hombre tendrá hijos, si será casado o si los habrá reconocido, si los mantiene, si ellos tienen medio hermanos, si son mayores de edad. Si son menores, seguramente como me conozco no voy a tener estómago para tocarles la casa, para sacarles a remate el techo bajo el que viven, entonces, como resultas de todo esto, mejor no llamo al jardinero: a la casa, por lo tanto, no la compro, tiene un jardín que yo no tengo tiempo de atender, y ni pensar en tener un hijo.

Tenerlo…¿para dejarle qué?.