¡Ay, dejemé!

El rubor que me ha hecho impune.

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Nombre: Silvia Sue
Ubicación: Santa Fe, Argentina

jueves, junio 29, 2006

...

Los suicidios en Guantánamo que emergen en neblinas

de carne masacrada hecha hierro en el grillete

eterno, en el injerto de ya ser sólo uno

tapado con los trapos,

uno inerme

con el muerto y su colgajo.

La calle de Corea que vibra con la última

bomba infecta inolvidada, los ojos incendiados

de muerte lacerada

napalmando, palmando

amarillo de sangre que no es sangre

que es un líquido terroso fluyendo de un envase.

Cien mil que al día, dice el diario, mueren de hambre,

y otros cuantos, muchos cuantos

de frío en las veredas, en los puentes,

en las villas recientes y cercanas

en el último Octubre mexicano.

Ahí, las pestes de los pobres arrastrando

las llagas del agobio del verano.

Los minutos que pasan

que es el tiempo que se abrevia y se insurrecta

entre un viejo sidoso y el que viene

a escuchar la voz grave que le anuncia

que hay sentencia.

El niño de Bagdad que se ha dormido

en el brazo arrancado en el desagüe

en el brazo que es su tumba,

que es lo único que queda de su madre.

La inocencia destrozada, el surco, el alarido, las espaldas

inclinadas por el hierro hacia el vacío.

El infierno

del Poder idiotizando los sentidos.

Dios renunciando a los mandatos de alguien

….y yo que te he perdido.

2 Comments:

Blogger jota2626 dice...

increible ese poema, lo escribiste vos? buenisimo

10:04 a.m.  
Blogger Silvia Sue dice...

Gracias, Juan. Estuve intentando hacer eso que dicen algunos, que de la basura pudiera nacer algo lindo.

10:30 a.m.  

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